Queridos padres del Grupo Scout San Miguel,

Como posiblemente ya sabéis, y tampoco es ningún secreto, la puesta en marcha de nuestro grupo ha tenido bastante repercusión en diversos ámbitos. Desde aquellos que apostaron si saldríamos o no adelante (y terminaron siendo nuestros mejores amigos) hasta quienes, con larga experiencia en este mundillo, están sorprendidos de que hayamos sido capaces de ponernos en marcha en menos de ocho meses. No vamos a ponernos medallas, pues dar con las mejores personas y hacer buenas amistades en el escultismo es tarea bastante fácil, de hecho, gracias a algunas de ellas, pudimos -por ejemplo- tener la formación y los apoyos necesarios para poder arrancar.

No engañamos a nadie cuando decimos que, en cuanto a necesidades, un Grupo Scout es como un pozo sin fondo: siempre estamos necesitados de manos, de apoyos, de comprensión, de amigos, de voluntarios, de material, de local… y en esto nuestro párroco y el arzobispado fueron muy generosos cediéndonos el uso de la antigua “Casa del Cura” la cual ha sido una auténtica “plataforma de lanzamiento” para el proyecto y, por tanto, buena parte del secreto de nuestro éxito. Pero lo que venimos a contaros hoy es un detalle que nos ha sorprendido muy gratamente y que nos llena de orgullo: dentro de las visitas pastorales que tiene programadas el arzobispado de Madrid, le tocaba a nuestra parroquia el próximo sábado día 14 de noviembre… hasta aquí nada fuera de lo normal. El caso es que el obispo auxiliar de Madrid D. Santos Montoya mostró un interés especial por conocer a todos los componentes de nuestro grupo emplazándonos aparte para el domingo día 15 a las 11:30 y así poder charlar personalmente tanto con los lobatos, ranger y rovers como con los responsables del grupo. Podéis imaginaros la ilusión y, a la vez, la responsabilidad que ha generado entre nosotros esta visita, al fin y al cabo el sólo hecho de su interés es un “espaldarazo” a nuestra labor y una “inyección en vena” de vitamina AR+++ (ánimos renovados al cubo), más conociendo el cariño y la cercanía en el trato de quien nos visita.

Por todo ello os pedimos vuestra colaboración para que ese día no falte ni uno solo de vuestros hijos, sólo ellos y vuestra confianza son la prueba de nuestro éxito y quienes dais credibilidad al proyecto. Y “el proyecto”, no nos engañemos, ya no es de los cuatro locos que se metieron en este ‘fregado’, ahora es una realidad formada por padres de scouts, scouts y responsables. Ya que eso, queridos amigos, siempre ha sido, y es, un auténtico Grupo Scout.

No nos cansaremos nunca de decir: ¡gracias por vuestra confianza!